Te quiero más que a la salvación de mi alma

Te quiero más que a la salvación de mi alma
Catalina en Abismos de pasión de Luis Buñuel

LECCIONES DE SEXO

Blonde, una novela sobre MM, JC Oates, p. 177-178
-Quizá la noche de bodas deberías beber de más --decía Elsie-. No digo que te emborraches, pero sí que te achispes un poco con champán. Por lo general el hombre se pone encima de la mujer y ella está preparada para recibirlo, o debería estarlo. No duele.
Norma Jeane se estremeció. Miraba a Elsie de reojo con gestodesconfiado.
-¿No duele?
-No siempre.
-Ay, tía Elsie. Todo el mundo dice que duele.
-Bueno, a veces --concedió Elsie. Al principio.
-Pero la mujer sangra, ¿no es cierto?
-Si es virgen, tal vez.
-Entonces ha de doler. Elsie suspiró .
-Supongo que eres virgen, ¿no? -Norma Jane asintió con solemnidad y Elsie, violenta, explicó-: Bueno. Tu marido te prepara. Ahí abajo. Entonces te mojas y estás listas. ¿Nunca te ha pasado?
-¿Qué cosa? -preguntó Norma Jeane con voz temblorosa.
-Si has deseado hacer el amor.
Norma Jeane sopesó la cuestión.
-Casi siempre me gusta que me besen y me encanta que me abracen. Como a una muñeca. Aunque entonces la muñeca soy yo.
-Rió como solía hacerlo, con voz aflautada, asustada, chillona-. Si  cierro los ojos, ni siquiera sé quién lo hace. Cuál de ellos es.
-¡Qué cosas dices, Norma Jeane!
-¿Por qué? Sólo son besos y abrazos. ¿Qué importancia tiene quién sea el chico?
Elsie meneó la cabeza, un tanto escandalizada. ¿Qué importancia tenía? Que la condenaran si lo sabía. Pensaba en que Warren la habría matado si hubiera besado a otro hombre, y ¡qué decir si hubiera tenido una aventura! Claro que él le había sido infiel muchas veces y ella había sufrido y se había puesto furiosa, le había dicho lo que pensaba de él, loca de celos, llorando, y él lo había negado todo aunque era evidente que disfrutaba con la reacción de su esposa. Era parte del juego, parte del matrimonio, ¿no? Al menos en la juventud.

-Debes ser fiel a un solo hombre -declaró Elsie con falsa indignación-. «En la enfermedad y en la salud, hasta que la muerte os separe.» Son cosas de la religión, supongo. Quieren asegurarse de que si tienes hijos, éstos sean de tu marido y no de otro. Te casarás con una ceremonia cristiana. Yo me ocuparé de ello.

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