De Algún día este dolor te será útil de Peter Cameron, p. 84-85
Comprendí que era una de esas
personas irritantes que se toman al pie de la letra todo lo que dices.
-No es que tema nada -contesté-.
Es que no lo sé.
-¿Estás seguro?
-¿Seguro de qué? ¿De que no lo sé
o de que no temo nada?
-¿A cuál de las dos cosas crees
que me refiero?
-No haga eso, por favor -le pedí.
-¿Que no haga eso?
Pensé que si cada uno seguía
repitiendo las palabras del otro, no llegaríamos muy lejos en tres cuartos de hora.
-No siga respondiendo a una
pregunta con otra pregunta en plan terapia.
-¿Qué piensas de la terapia?
Sentía estar participando en un
concurso de quién desconcertaba primero al otro. Y si bien aquello no me parecía
muy terapéutico, yo estaba decidido a ganar.
-Creo que la terapia es una idea
de las sociedades capitalistas bastante equivocada, en la que un examen de tu
vida, complaciente para contigo mismo, sustituye a la auténtica realidad
habitual de la vida. -No tenía idea de
dónde había sacado eso. ¿Tal vez lo había leído o lo había oído en una
película?
-¿Realidad abismal? -dijo ella.
-No. Realidad habitual.
-Ah, me parecía haber oído “abismal”
-Pues no, he dicho “habitual”.
-Solo he querido señalar que
había entendido mal lo que decías. No pretendía insinuar que no habías dicho
eso.
-Bien, me alegro de que eso haya
quedado claro -contesté.
Ella me miró fijamente un
momento.
-Y, entonces ¿por qué estás aquí?
-insistió.
-¿No es esa otra manera de
preguntarme qué me ha traído aquí?
-¿Entonces no sabes por qué estás
aquí?
No respondí. Me parecía inútil,
como tratar de sostener una conversación con un loro o una persona
lobotomizada. Y me pregunté si la doctora Adler sería capaz de realizar una
lobotomía. Al fin y al cabo, era médico. Pero supuse que los neurocirujanos, no
los psiquiatras, realizaban las lobotomías, si es que todavía se practicaban. Me
fascina la idea de las lobotomías, la idea de abrir el cerebro, cortar un
trocito y cerrarlo de nuevo, algo así como reparar un coche. Y la persona
operada, al despertarse, se ha vuelto un poco estúpida, pero es estúpida de una
manera feliz y serena. También me fascina la terapia de choque, todas esas cosas que hacen para alterar el cerebro de la gente
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