UN FESTIN DE CONTRABANDO
Afuera del dormitorio la noche
era oscura y silenciosa.
En el jardín, la llovizna era tan
fina que: no se la oía; en el aire estancado por la calma no se movía ni una
hoja; el perro guardián dormía; los gatos habían buscado refugio en la casa;
bajo el cielo lóbrego, ningún sonido, fuera próximo o distante, rompía el
silencio.
En el dormitorio la noche: era
oscura y silenciosa.
La señora Ladd conocía demasiado
bien sus deberes de directora de escuela como para permitir luces encendidas
durante las noches; y se suponía que las jóvenes de la señora Ladd estaban
profundamente dormidas, de acuerdo con los reglamentos de la institución. Sólo
a ratos se interrumpía levemente c:l silencio, cuando el suave roce de unas
sábanas delataba que una de las chicas se había dado vuelta, intranquila, en su
cama. En los largos períodos de quietud no se oía ni la suave respiración de
las jóvenes dormidas.
El primer sonido revelador de
vida y movimiento acusó el compás mecánico del reloj. Desde las regiones
inferiores de la casa, la voz dd Padre Tiempo anunció la hora que precedía a la
medianoche.
Cerca de la puerta de la
habitación, una voz suave se alzó desfallecida. Contó lascampanadas del reloj y
le: recordó la hora a una de las chicas.
-¡Emily!, las once.
No hubo respuesta. Al cabo de un
momento, la voz fatigada volvió a intentarlo, esta vez un poco más alto.
-¡Emily!
Una joven, cuya cama se
encontraba en c:l extremo más alejado de la habitación, suspiró en el pesado
bochorno de la noche y dijo c:n tono perentorio:
-¿Es Cecilia la que habla?
-Sí.
-¿Qué quieres?
-Tengo hambre, Emily. ¿La chica
nueva duerme?
La chica nueva respondió rápida y
resentida:
-No, no duerme.
Con un objetivo preciso en mente,
las cinco vírgenes prudentes del primer curso de la señorita Ladd habían
esperado una hora, en insomne: anticipación, a que la desconocida se durmiera,
¡y todo para esto! Un coro de risas resonó en la habitación. La protesta de la
chica nueva, mortificada y ofendida, fue categórica·.
-¡Es vergonzosa la manera en que
me tratáis! Todas desconfiáis de mí porque no me conocéis.
-Di mejor que no te entendemos y
estarás más cerca de la verdad --contestó
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