INTRODUCCION
(El breve texto que sigue ha sido reconocido por la critica
como debido, sin lugar a dudas a la pluma de Oga¡ el V¡e¡o, . lo que no importa
tanto por estas pocas palabras en sí, como por hacer atribuible, sin lugar a dudas,
al mismo Ogaí el Viejo la decisión de incluir, como Apéndice de su Libro JI, el
texto de Yarfoz.)
Acerca de Nébride, o Estardafrando (el que jamás volverá),
como él quiso llamarse después, tuve la inmensa fortuna de hallar, durante la
demolición de una casa, en Escescésina, un documento en tablillas de etra,
excepcionalmente conservado, pese a remontarse a los años 360 / 370 de la era
grágidoatánida, esto es, a hace unos 250 ó 260 años. Es un texto tan conformado
sobre el tipo llamado “testimonios'' (que llegó a su plena configuración en la época
clásica, o sea la que comprende, más o menos la dinastía de los Catránidas,
201-385 de la era grágido-atánida), que bien habría merecido ser presentado
como una de las más puras muestras del género, si es que el interés de la forma
no hubiese sido rebasado con creces por el del contenido. Comenzaba con la
forma ritual del «testimonio»: la autopresentación del autor, que lo
caracteriza expresamente como relato personal, y, como era igualmente ritual,
por la exposición del motivo. Esto último parece deberse a que los primeros
testimonios, a partir de los cuales habría de configurarse
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