De Ahora empieza lo malo de J. Marías, p. 415
Sí se tenía probada lealtad al
régimen, no hacía falta demostrar los delitos de nadie, bastaba con la
acusación para que se dieran por ciertos, con rarísimas excepciones. Colaboró con
la policía lo necesario, a la que dio buenos soplos para que lo respetara y
creyera. Una vez concluida la limpieza más urgente, supongo que se dio cuenta
de que podía aprovechar sus saberes durante largo tiempo y en beneficio propio,
si los dosificaba. Reanudó los estudios, decidió especializarse en Pediatría,
caminó sobre una alfombra de ahí en adelante. En esos 'Exámenes patrióticos o
de Estado' del año 40 -Vidal volvió a trazar comillas en el aire, sería por sus
estancias en Houston-, tras la reapertura de la Universidad en el otoño del 39,
a quienes hubieran luchado en el bando vencedor y hubieran apoyado por tanto al
Glorioso Movimiento Nacional, se les otorgó el 'Aprobado Patriótico' en
exámenes públicos a los que se presentaban luciendo el uniforme, algunos con
cartuchera y pistola al cinto. Todo esto lo sé por el Doctor Naval, que tiene
una edad parecida, un par de años más joven, y que aguantó aquí cierto tiempo
hasta que le surgió algo fuera y pudo salir gracias a un pariente suyo
diplomático que le consiguió el pasaporte. Así fueron por lo visto las cosas,
aunque hoy nos suenen a película exagerada y mala, o a caricatura. Naval,
riéndose un poco al contármelo, se imaginaba perfectamente a Van Vechten
vestido de Alférez Provisional para la ocasión, pero no creía que llevara la pistola,
demasiado calculador ya entonces para tanta fanfarronería. En todo caso se le
entregó el título académico oficial, considerándose terminados sus estudios.
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