STEVIE
Nacido el Día de los Difuntos y
muerto cinco meses antes de su vigésimo noveno cumpleaños, Stephen Crane vivió
cinco meses y cinco días en el siglo XX, deshecho por la tuberculosis antes de
haber tenido ocasión de conducir un automóvil o contemplar un aeroplano, ver
una película proyectada en pantalla grande o escuchar la radio, un personaje
del mundo del caballo y la calesa que se perdió el futuro que aguardaba a sus
pares, no solo la creación de aquellas máquinas e inventos milagrosos, sino los
horro res de la época también, incluida la aniquilación de decenas de millones
de vidas en las dos guerras mundiales. Fueron sus con temporáneos Henri
Matisse (veintidós meses más que él), Vladímiir Lenin (diecisiete meses mayor),
Marce! Proust (cuatro meses más), y escritores norteamericanos tales como W. E.
B. Du Bois, Theodore Dreiser, Willa Cather, Gertrude Stein, Sherwood An derson
y Robert Frost, todos los cuales vivieron hasta bien entra do el nuevo siglo.
Pero la obra de Crane, que rehuyó las tradiciones de casi todo lo que se había
producido antes de él, fue tan radical para su tiempo que ahora se le puede
considerar corno el primer modernista norteamericano, el principal responsable
de cambiar el modo en que vernos el mundo a través de la lente de la palabra
escrita.
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