Los papeles de Puttermesser, Cynthia Ozick, p.324
¿Una falla? No, no hay falla
alguna en el Paraíso. Eso es un vestigio
de las obsoletas nociones terrenales de Puttermesser. Indudablemente, el
Paraíso no tiene fallas, pero tiene su Secreto. (PRSD, recordarán ustedes,
termina en sod.) Sod: ¡el significado secreto del Paraíso! Y ahora Puttermesser
está a punto de descubrirlo. Es integral, está hecho de la misma sustancia del
Edén, que es la eternidad. La eternidad no promete la permanencia de ninguna
experiencia. Si el tiempo no existe, tampoco existe la duración. Sin relojes
que la midan, ¿qué es la duración? Pero en la eternidad del Paraíso, ¿qué
sentido tiene decir cuánto dura algo?
En el Paraíso, donde la vista y
la lucidez, interior y exterior, lo dulce y lo salado, la lógica y la ilógica
están entremezclados como en un caleidoscopio, nada es permanente. Nada perdura.
Todo es efímero. Nada es largo ni corto; solo existe la incomensurabilidad del
ser. Sólo el ser dura para siempre; o llámenlo, si quieren, esencia o alma.
Pero las imágenes en el interior del alma se mueven, se desprenden, vagan. El
Paraíso es un sueño que lleva la inscripción que tenía el sello de Salomón:
Esto también pasará.
Y ese es el significado del
Paraíso: la verdad de Salomón. Esa es la otra razón de la notoria frialdad del
Paraíso; es por eso que todo aquel que es absolutamente feliz en el Paraíso, más
feliz de lo que había sido nunca, pronto se volverá prodigiosamente infeliz,
más infeliz de lo que había sido nunca. Un sueño que florece solo para
deshacerse trae más miseria que un sueño que nunca se hizo realidad.
El significado secreto del Paraíso es que también en él está
el infierno.(Grabado de Blake)
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