De Al límite de Thomas Pynchon, p. 430-431
-Tal vez la televisión de
entonces lavaba el cerebro, pero eso ya no podría pasar hoy. Nadie controla internet.
-¿Lo dices en serio? Créetelo
mientras puedas, alma benditia. ¿sabes
de dónde sale todo eso, ese paraíso online tuyo? Empezó en la Guerra Fría,
cuando los think tanks estaban llenos de genios que se planteaban las
consecuencias de una posible guerra nuclear. .. Maletines y gafas de pasta, el
traje completo de la cordura académica, que cada día acudían a un trabajo que
consistía en imaginar todas las variantes en que podía llegar el 6n del mundo.
Por entonces el Departamento de Defensa denominaba a tu internet DARPAnet, Y su
verdadero propósito original era asegurar la supervivencia del mando y control
de Estados Unidos después de un intercambio nuclear con los soviéticos.
-Qué me dices. . .
-Pues sí, la idea era establecer
los suficientes nodos para que, sin importar lo que fuera destruido, siempre
pudieran reorganizar alguna especie de red conectando lo que quedara en pie. .
..
En eso puede desembocar una inocente
conversación padre-hija ahí, en la capital del insomnio, cuando todavía faltan horas
para que amanezca. Bajo esas ventanas oyen el anárquico paisaje sonoro de la calle
a medianoche, las roturas, gritos, tubos de escape, carcajadas neoyorquinas,
demasiado altas, demasiado banales, los frenos pisados demasiado tarde antes
del subsiguiente estampido angustioso. Cuando Maxine era pequeña, creía que ese
alboroto nocturno procedía de demasiado lejos para preocuparse, como las sirenas.
Ahora siempre suena demasiado cerca, forma parte de la existencia diaria. , ?
-Sí, Y tu internet fue una
invención suya, este chisme mágico que ahora se filtra como un olor a través de
los detalles más nimios de nuestras vidas, la compra, los quehaceres
domésticos, los deberes, los impuestos, absorbiendo nuestra energía, devorando
nuestro precioso tiempo. Y no es inocente. En ninguna parte. Nunca lo ha sido. Fue
concebido en pecado, el peor pecado posible. Ha ido creciendo pero nunca se. ha
desprendido del gélido deseo de muerte para el planeta que anida en su corazón, y no, no creo que
haya cambiado nada, hija.
Maxine rebusca entre los granos
de maíz que no han estallado las pocas palomitas que queden.
-Pero la historia sigue, como
siempre te gusta recordamos. La Guerra Fría acabó, ¿no?, internet evolucionó
sin parar, apartándose cada vez más de los militares, volviéndose civil; hoy en
día son los chats, la World Wide Web, las compras online, lo peor que puede decirse
es que tal vez se esté mercantilizando demasiado, y mira el poder, la fuerza,
que está concediendo a miles de millones de personas, la promesa, la libertad
que ofrece.
Emie empieza a zapear, como si
estuviera irritado.
-Llámalo libertad, pero está basada
en el control. Todo el mundo conectado Y todos juntos, ya es imposible que
nadie se pierda, jamás. Da el paso siguiente, conéctala a los teléfonos
móviles, y tienes una red de vigilancia total, ineludible, de la que nadie
puede escapar.
¿Te acuerdas de los cómics del
Daily News? ¿la radio de muñeca de Dick Tracy?, pues estará por todas partes,
todos los patanes llevarán una, serán las esposas del futuro. Tremendo. El
sueño del Pentágono: la ley marcial universal.
-Ya veo de dónde he heredado la
paranoia.
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