Te quiero más que a la salvación de mi alma

Te quiero más que a la salvación de mi alma
Catalina en Abismos de pasión de Luis Buñuel

DE LAS CLASES SOCIALES

De El nadador de John Cheever, p.108-109
La primera idea de Larry fue que los Fulmers estaban pintando su vestíbulo y que. a causa de esto o de cualquier otra dificultad, había que utilizar el ascensor de servicio. El ascensorista abrió la puerta, ofreciéndole el panorama de una región infernal, repleta de cubos de basura amontonados, de destartalados cochecitos de niño, y de cañerías recubiertas con trozos de amianto.
--Cruce esa puerta y encontrará el otro ascensor -dijo el hombre.
-¿Pero, por qué tengo que usar el ascensor de servicio? -preguntó Larry.
-Está mandado así -dijo el hombre.
-No lo entiendo -dijo Larry.
-Escuche -dijo el hombre-. No discuta con· migo. Limítese a usar el ascensor de servicio. Todos
ustedes, los repartidores, siempre quieren ir por la puerta principal como si fueran los dueños de la casa. Bueno, pues en esta casa no puede hacer eso. El gerente dice que todas las entregas se hagan por la puerta de servicio y el gerente es quien manda.
-No soy un repartidor -dijo Larry-. Soy un invitado.
-¿Y ese paquete?
-Ese paquete -dijo Larry-, contiene mi traje de etiqueta. Ahora, haga el favor de subirme al décimo piso, donde viven los Fulmers.
-Lo siento, señor, pero parece usted un repartidor.
-Soy un banquero -dijo Larry-, y voy a una reunión de directores en la que vamos a discutir la firma de una emisión de obligaciones por valor de cuarenta y cuatro millones de dólares. Mi fortuna personal asciende a novecientos mil dólares. Tengo una casa con veintidós habitaciones en Bullet Park, una jauría de perros, dos caballos de carreras, tres hijos que están en la universidad, un yate de veintidós pies y cinco automóviles.

-Cielos -dijo el hombre.

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