EL BRIGADIER Y LA VIUDA DEL GOLF
No quisiera ser uno de esos
escritores que exclaman, al empezar cada mañana : ¡Oh Gogol, oh Chejov, oh Thackeray y Dickens !
, ¿qué hubierais hecho con un refugio antiatómico, cuatro patos de escayola, un
baño para pájaros y un grupo de tres gnomos con largas barbas y gorros
encarnados? Como digo, no quisiera empezar un día así, pero a veces me pregunto
qué habrían hecho los que ya -están muertos. Y es que el refugio está tan
dentro de mi paisaje habitual como las hayas y los castaños de Indias de la
colina. Puedo verlo desde la ventana junto a la que escribo. Lo construyeron
los Pastern, y se alza en el acre de tierra que está junto a nuestra propiedad.
Sobresale, bajo un velo de césped reciente y poco tupido, como una especie de
molesto defecto físico
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