MI PACIENTE
MI querida señorita Snow, al enterarme de que mi amiga, La
señora Carruth, necesita de una enfermera para su hija enferma, me apresuro a
proponerle el puesto, ya que pienso que es usted La persona idónea para él, a
menos que las tareas resulten demasiado arduas. No me cabe duda de que sus
cartas de recomendación y mi sincero respaldo Le garantizarán La colocación, si
usted Lo desea. Partimos mañana, y le escribo con gran apremio, pero le deseo
éxito de cara al futuro y le agradezco sinceramente sus servicios pasados.
Atentamente,
L. S. Hamilton
Esta amable carta, de una antigua empleadora, me fue
entregada estando yo agorada y desanimada, tras una búsqueda infructuosa de un
puesto
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