De Desde la ciudad nerviosa, de Enrique Vila-Matas, p.174
El compromiso en la literatura ha dado lugar a basmutes malas novelas. Y el compromiso ideológico, explícitamente ideológico, ha producido pésimas obras. La gracia de Sostiene Pereira es que es una impecable y formidable novela política sin ser en ningún momento un texto ideologizado. Creo compartir con Tabucchi mi mejor desconfianza para toda literatura elaborada mediante una determinación ideológica. Otra cosa es comprometerse desde un punto de vista humano, contemplando la Historia como un enorme organismo, y dando gran importancia a la vertiente humana de la misma.
Estoy seguro de que Tabucchi suscribiría estas palabras de Juan Benet a propósito del compromiso ideológico en la literatura: «El arte literario es tan idóneo para hacer la revolución como el cuplé patriótico para enardecer un país y ganar una guerra en ultramar. Son cosas que rara vez casan: la literatura, por tener un estatus propio, tiene su propia moral que no tiene por qué coincidir con el deber social, más general o más específico, impuesto por el momento histórico; tiene su propia constitución, su propia historia y su propia revolución que llevar a cabo)).
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