De Dietario voluble, de Enrique Vila-Matas, p.49
En donde V-M nos habla de la metáfora de la cerilla de Faulkner; de aquella luz que sólo nos muestra la extensión del horror
En fin. Tras un paseo neurótico por los alrededores del Museo de la Ciencia de Barcelona (estoy pendiente de la inminente operación a la que mañana voy a ser sometido, lo que en cierta forma explicaría que me haya puesto a pensar e incluso a confiar en la ciencia) me digo que ni Jules Verne ni nadie: el verdadero científico es Franz Kafka. Nunca se encadena a ninguna verdad y, sin embargo, todo son verdades. Es inagotable. Se estrellan contra él todos quienes, al querer interpretarlo por un lado u otro, reducen la infinitud de su obra. Sólo le faltó decir que el verdadero saber consiste en medir la extensión de la ignorancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario