De Aquella mitad de mi tiempo de Javier Marías, p. 388
S. F.: Las oraciones de sus novelas son largas y sinuosas, llenas de paréntesis, cláusulas y subordinadas. Hacen que las frases de Faulkner parezcan cortas. ¿Es consciente de ello al escribir?
J. M.: En ese sentido, tanto Faulkner como Henry James han tenido una gran influencia en mí. La diferencia entre James y Faulkner es que éste a veces parece perder de vista dónde ha empezado. No encuentra dónde poner el punto y seguido. Lo cual no está mal:
desde un punto de vista literario, resulta muy enérgico, muy intenso, como un géiser. Mientras que James nunca olvida el punto de partida, y siempre cierra las oraciones. Siempre encuentra dónde poner el punto. Juan Benet y sir Thomas Browne también han sido grandes influencias.
Mis oraciones son a menudo muy largas, con muchas cláusulas subordinadas, pero mi prosa debería leerse deprisa, no ponderosamente, estableciendo un vínculo entre las oraciones. Se habrá dado cuenta de que a veces uso la coma de forma peculiar, pero no es como si no usara nunca el punto y seguido; es más, lo hago. De hecho, detesto los libros que prescinden de ellos. A mi modo de ver, hay un tipo de encabalgamiento que se produce a raíz del empleo de comas en lugar de puntos o, incluso, de paréntesis. Puede que esos encabalgamientos recuerden algo más a Faulkner. Lo que espero es que ayuden a hacer más ágil el texto.
2 comentarios:
Creo que leyendo textos como éste se revela como los escritores contemporáneos son más esclavos de sus lecturas que de la realidad que les rodea. Es su derecho, por supuesto, pero si en otros tiempos y en otras artes se reprochaba el arte académico como aquel que copiaba modelos o recapitulaba sobre modelos establecidos, lo mismo habría que decir sobre Marías y otros escritores de su estirpe. Si aceptamos el manierismo aceptémoslo en cualquiera de sus manifestaciones.
Y ¿por qué no? No hay nada mejor que el manierismo. rceordemos a Bronzino o al último Miguel Angel.
Un saludo
Pincio
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