De Libros extraños, de Luis Loayza, p. 83
Londres, 19 de octubre de 19. Borges quiso probar hidromiel. la bebida que tomaban los anglosajones. El y Mr. Fleming, el otro acompañante asignado por el Consejo Británico compraron una botella y, ya en el hotel, se tomaron más de la mitad. Borges. excitado por el alcohol, al que no está acostumbrado, olvidó su natural cortesía y comenzó a reprocharle a Mr. Fleming las Invasiones Inglesas. Ante la mirada azorada del joven representante de Su Majestad Británica, terminó, casi amenazador: “Pero nosotros los echamos a puntapiés, tirándoles agua y aceite hirviendo desde las azoteas”. Mr. Fleming, que no tenía la menor idea de tales invasiones, se limitaba a asentir: “Of course, of course…”
La Nación, 30 de diciembre de 1973
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