De El váter de Onetti de Juan Tallón, p.214
Esta forma febril de pensar era connatural a esa clase de
escritores, entre los que creía incluirme, capaces de consumir su vida
escribiendo el mismo libro. Distintos argumentos, otros personajes, nuevas
estructuras, lenguaje renovado y, en fin, el mismo libro levantado sobre la
obsesión de siempre. Ciertamente, una idea a veces es mucho. Es todo. Es más de
lo que cabe esperar de gente destinada, en el fondo, a no tener ideas. Por
supuesto, yo entendía que una idea, aun expresada de muchas maneras, acababa
por hacerse pesada. Recordé que durante treinta años mi padre estuvo cenando
cada noche un huevo y media lata de mejillones, pero incluso él, después de ese
tiempo, acabó por cansarse. Llegados a un punto más o menos peligroso, todos deberíamos seguir los
consejos de Clint Eastwood en uno de sus western: “Puedes pegarme. Puedes
tirarme al suelo, incluso puedes
escupirme y mearte encima de mí. Pero
por favor, no me aburras''·
No hay comentarios:
Publicar un comentario