Opiniones contundentes, Nabovok, p. 86-87
Pero en el caso de usted y de
]oyce, me parece que ha aprovechado el ejemplo de ]oyce sin imitarlo ... , que
ha comprendido usted lo que Ulises entraña sin haber echado mano de recursos
obviamente «joyceanos» (fluir de la conciencia, efectos de «collage» creados
con los objetos flotantes y lo que la marea de la vida cotidiana arroja).
¿Podría darnos su opinión sobre lo que Joyce ha significado para usted como
escritor, su importancia con respecto a la liberación y la expansión de la
forma de la novela?
Mi primer contacto verdadero con
Ulises, después de una mirada de reojo a los veintipocos años, fue cuando ya
había pasado los treinta, y cuando ya estaba definitivamente formado como
escritor e inmune a coda influencia literaria. Estudié seriamente Ulises sólo
mucho después, en la década de 1950, cuando preparaba mis cursos para Cornell.
Ésta es la mejor arte de la educación que
recibí en Cornell. Ulises destaca sobre el resto de la obra de Joyce, y en
comparación con su noble originalidad y su lucidez singular de pensamiento y
estilo, el infortunado Finnegans Wake no es más que una masa informe y opaca de
falso folklore, un libro muerto, un ronquido persistente en el cuarto de al
lado, sumamente irritante para un insomne como yo. Además, siempre he detestado
la literatura regional llena de rarezas arcaicas y pronunciación imitada. La
fachada de Finnegans Wake oculta un conventillo muy convencional y ordinario, y
sólo los arrebatos poco frecuentes de entonaciones celestiales lo redimen de
una total insipidez. Sé que me excomulgarán por este juicio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario