Opiniones contundentes, VNabokov, p. 229
¿Qué opina del equipaje? ¿Cree que también ha perdido
estilo?
Creo que un buen equipaje es siempre hermoso, y actualmente hay
mucho de todo eso. Los estilos, desde luego, han cambiado. Ya no tenemos ese
baúl que era una especie de ropero elefantino, ejemplar que aparece en la
versión cinematográfica, visualmente agradable pero por lo demás absurda, de la
mediocre, pero de todos modos admisible, Muerte en Venecia de Mann. Todavía
guardo como un tesoro una elegante pieza de equipaje, elegantemente gastada,
que perteneció a mi madre. Sus viajes por el espacio han terminado, pero
todavía susurra suavemente a través del tiempo porque la utilizo para guardar viejas
cartas de familia y documentos curiosos tales como mi partida de nacimiento.
Soy un par de años menor que esta antigua valija, de cincuenta centímetros de
largo por treinta y seis de ancho y dieciséis de alto, técnicamente un neccesaire
de voyage algo pesado, de piel de cerdo, con “H. N.” primorosamente
entrelazadas en gruesa plata bajo una corona similar. Fue comprado en 1897 para
el viaje de bodas de mi madre a Florencia. En 1917 transportó desde San
Perersburgo hasta Crimea y luego a Londres un puñado de alhajas. Alrededor de
1930, dejó en casa de un prestamista sus costosos receptáculos de cristal y
plata, quedando vacíos los refuerzos de cuero hábilmente diseñados en la parte
interior de la tapa. Pero esa pérdida ha sido reparada ampliamente durante los
treinta años que después viajó conmigo ... , desde Praga a París, desde
St.-Nazaire a Nueva York y a través de los espejos de más de doscientos cuartos
de moteles y casas alquiladas, en cuarenta y seis estados. El hecho de que de nuestra
herencia rusa el superviviente más resistente resultara ser un bolso de viaje
es a la vez lógico y emblemático.
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