La casa de al lado
Me despierto asustado. Mi mujer
está sentada en el borde de la cama, sacudiéndome.
-Ya están igual otra vez -me
dice.
Me acerco a la ventana. Tienen
todas las luces encendidas, en el piso de arriba y en el de abajo, como si les
sobrara el dinero. Él vocifera, ella le contesta a gritos, el perro ladra. Hay
un breve silencio, luego el bebé se echa a llorar, pobrecito.
-No te quedes ahí -dice mi
.tnujer-. Podrían verte.
-Voy a llamar a la policía -digo,
sabiendo que no me dejará.
-No-dice. Teme que envenenen a
nuestro gato si nos quejamos.
En la casa de al lado el hombre
sigue vociferando, pero no entiendo lo que dice debido a la barahúnda del perro
y del bebé. La mujer se ríe, pero no de veras, «iJa! ¡Ja! iJah>, y de repente
da un grito breve y agudo. Se hace el silencio.
-Le ha pegado -dice mi mujer-. Lo
he sentido como si me hubiera pegado a mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario