De El mal de Montano de Vila-Matas, 264-265
En julio se comprometió por
segunda vez con Felice Bauer. En agosto escupió sangre. El 4 de septiembre le
diagnosticaron tuberculosis y el 12 le dieron la baja en la oficina.
En octubre, en su diario, comparó
a Dickens con Robert Walser y dijo que los dos disimulaban su inhumanidad tras sus
estilos de desbordante sentimiento.
Se trata de una intuición genial
de Kafka y todavía hoy ( absolutamente difícil de aceptar por esas mentes
preclaras) que creen en la cultura cálida y que siempre han visto en Dickens al
fundador de no sé qué realismo vital y cariñoso ', con la pobre humanidad
cuando de hecho era alguien que, al
igual que Walser, tenía una inteligencia fría y demoledora, lo que le convertía
de puertas adentro, para todos aquellos que le trataban, en un ser terrible y
secretamente inhumano, sólo obligado por las circunstancias tontunas de la
época a repartir falsos y buenos sentimientos a mansalva
El 10 de noviembre escribió Kafka
en su diario: “Hasta ahora no he anotado lo decisivo, aún sigo fluyendo en dos cauces.
El trabajo que me aguarda es enorme.” A finales de noviembre, irrumpió en casa
de Max Brod leyendo en voz alta a Walser, lo leía y se reía. “Pero mira,
escucha lo que dice este hombre completamente en serio”, le decía a Brod. En diciembre
se produjo la ruptura del segundo compromiso con Felice Bauer.
En fin. Debería ir terminando por
hoy, ya es noche cerrada y va aproximándose a su final este 25 de septiembre y yo
-llamadme Walser- voy despidiéndome del día y también de este recuerdo de un
año en la vida de Kafka, este recuerdo que se ha conve rtido en digresión que me ha desviado de
la narración de mis pasos vagabundos por la carretera perdida. Debería ir
terminando, pero voy a seguir un rato más, voy a continuar relatando la historia de mi
íntima fuga minima, voy a seguir de viaje sin moverme de casa, pero estando
también en la carretera perdida.
No debes decir que me comprendes
(KAFKA en carta a MAX BROD)
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