Era una tarde cualquiera de
enero, un jueves, cuando vinieron a buscar a Matt Donaghy.
Fue en la quinta hora de clase,
cuando Matt se encontraba en la sala de estudio, en el aula no del instituto Rocky
River, en el condado de Westchester.
Matt y tres amigos, Russ, Stacey
y Skeet, habían formado un círculo con sus pupitres en el fondo del aula y estaban
discutiendo en voz baja sobre la adaptación teatral en un solo acto que había
hecho Matt a partir de un relato de Edgar Allan Poe; estaba previsto que, al
finalizar las clases en el Club de Teatro, leyeran William Wilson: un caso de
confusión de identidad a los miembros
del club y a su profesor, el señor Weinberg. Era una coincidencia que el señor
Weinberg, que enseñaba Literatura y Teatro en el instituto Rocky River, fuera
el encargado de vigilar la hora de estudio. Cuando llamaron a la puerta del
aula, se dirigió a abrirla con su habitual ademán amable y despreocupado.
-¿Qué puedo hacer por ustedes,
caballeros?
Sólo se dieron cuenta de ello
unos pocos estudiantes sentados cerca de la puerta. Tal vez advirtieran cierta nota
de sorpresa en el tono del señor Weinberg. Pero éste, con su cabello pelirrojo
que iba encaneciendo {y que llevaba más largo que la mayoría de sus colegas
varones
del instituto) y una barba
hirsuta que invitaba a la burla, tenía el don de dar un toque teatral a los
comentarios más normales, poniendo una nota de humor siempre que podía. Llamar
«caballeros» a dos desconocidos era muy propio del sentido del humor del señor
Weinberg.
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