El cerebro femenino, L. Brizendine, p. 110Los hombres podrán saberlo o no
de manera consciente, pero sus cerebros sí saben que la fertilidad femenina les
ofrece la más alta remuneración reproductiva para su inversión. Con decenas de
millones de espermatozoides, los hombres son capaces de producir un número casi
ilimitado de descendientes, en tanto que cuenten con suficientes mujeres
fértiles para mantener relaciones sexuales con ellas. Como resultado, su
principal tarea consiste en emparejarse con mujeres que puedan ser fértiles y
reproducirse. Hacerlo con mujeres estériles supondría un derroche de su haber
genético futuro. De este modo, durante millones de años el circuito cerebral
masculino ha evolucionado para fijarse en mujeres que den rápidas señales visuales
de fertilidad. La edad, desde luego, es un factor importante; la salud es otro.
El alto nivel de actividad, el porte juvenil, los rasgos físicos simétricos, la
piel suave, el cabello lustroso y los labios llenos por el estrógeno son signos
fácilmente observables de la edad, la fertilidad y la salud. Por tanto, no es
raro que las mujeres busquen los efectos moldeadores de las inyecciones de colágeno
y el tratamiento antiarrugas que proporciona el bótox.
Las formas son también un notable
indicador de la fertilidad, a pesar de los implantes en los senos. Antes de la
pubertad, varones y hembras tienen formas corporales, y proporción entre
cintura y caderas, muy similares. Tan pronto entran en acción las hormonas
reproductivas, las mujeres sanas desarrollan formas más curvas con cinturas que
son más o menos un tercio más estrechas que las caderas. Las mujeres de este
tipo tienen más estrógeno y quedan
embarazadas más fácilmente a una edad más temprana que las que tienen cinturas
de tamaño más parecido a las caderas. Un talle fino da indicio instantáneo de
la disponibilidad reproductiva de una mujer, puesto que la preñez altera de
manera radical su perfil.La reputación social es también un factor que pesa
a menudo en la evaluación que hacen los varones, puesto que los que tienen más
éxito en la reproducción necesitan también elegir mujeres que se emparejen sólo
con ellos. Los hombres quieren estar seguros de su paternidad y asimismo poder
contar con las aptitudes maternales de una mujer para garantizar que su
descendencia prospere.
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