Alfred Hitchcock, Donald Spoto, p. 395
El gran ataque final de los
pájaros tenía como personaje principal a la propia protagonista: atrapada en
una habitación llena de cornejas, gaviotas y cuervos que la atacaban hasta que
ella se desmoronaba en un estado de shock. A Tippi Hedren le dijeron, antes de
que se iniciara el rodaje aquella semana, que por supuesto en aquella escena se
utilizarían pájaros mecánicos, puesto que cualquier otra cosa seria
prácticamente imposible. Pero cuando llegó al plató aquella mañana del lunes
del mes de junio, el ayudante de dirección, James Brown, le informó que no iban
a utilizarse pájaros mecánicos, puesto que había quedado demostrado que en la
película se verla que eran artificiales.
Una hora más tarde se inició el
rodaje tal como había sido planeado nuevamente . Dos hombres, llevando guantes
protectores y sujetando grandes cartones, fueron situados cuidadosamente ...
uno a cada lado de la cámara, cara a la actriz, que permanecía de pie contra
una pared. Todo el plató formaba una gran jaula y entonces, mientras Tippi
Hedren agitaba los brazos para alejarlos, fueron arrojados contra ella
auténticos pájaros vivos mientras las cámaras filmaban. «No había ningún
precedente de nada como esto, y nadie sabía lo que debíamos esperar de todo
ello -recordaría más tarde la actriz-. Todos pensamos que el rodaje sería muy
rápido ... y nadie lo deseaba más que yo. Imaginamos que después de una o dos
tomas tendríamos todo lo que necesitábamos para la película.” Pero el rodaje
prosiguió durante todo el día. Los pájaros eran arrojados contra ella.
Asustados, se alejaban volando mientras ella se defendía contra las gaviotas y
las cornejas con alocados y cada vez más sinceros y menos estudiados gestos de
terror. Luego las cámaras se detenían, era preparada una nueva toma, sus ropaseran
ligeramente desgarradas y se le pintaba un poco de sangre en algún lado, el
maquinador Howard Smits ponía un arañazo por aquí y otro por allá, se
alborotaba un poco su pelo ... y la prueba proseguia.
¿Y Hitchcock? «Estaba
terriblemente trastornado por todo aquello”, según Tippi Hedren, que recordaba
que estaba tan nervioso que no aparecía por el plató hasta que todo estaba
preparado.
«Deseaba filmar aquello -diría Evan
Hunter-, pero algo dentro de él no deseaba filmarlo, y todo el mundo podía
darse cuenta de lo nervioso que estaba.” Por supuesto, fue una prueba mucho
mayor aún para Tippi Hedren, y la prueba siguió el martes ... y luego el
miércoles. Nuevos emplazamientos de la cámara, rápidas tomas, más desgarrones
en el vestido, más «sangre y heridas» aplicadas ... y ahora el ocasional
picotazo auténtico de algún asustado o ansioso o ingobernable pájaro, porque a
los animales estaba empezando a gustarles menos el trabajo que a la actriz.
Cary Grant, que estaba rodando otra película en un plató cercano, se dejó caer
por allí para observar unas cuantas tomas y alabó el valor de la Hedren, y todo
el mundo que veía lo que estaba ocurriendo tuvo que reconocer que Hitchcock era
un hombre afortunado. Una actriz con un cierto nombre se hubiera negado a
someterse a aquello.
«Día tras día -según Jessica
Tandy-, durante toda una semana, la pobre mujer siguió con aquello. Estaba sola
en aquella enjaulada habitación, actuando, con los pájaros siendo lanzados
contra ella y con los cambios de vestido y las aplicaciones de maquillaje y
toda aquella sangre artificial, ni siquiera podía ir a la cantina a comer algo.
Vivió aquello hora tras hora, y sencillamente no sé cómo lo soportó.
Una cosa hubiera sido soportar
aquello durante el tiempo que ocupa en el film –un minuto o dos,
aproximadamente-, ¡pero rodar durante tanto tiempo! Si hubiera sido yo, simplemente
hubiera odiado el tener que ir a los estudios cada mañana, y estoy segura de
que para ella fue un notable esfuerzo hacerlo. Tenía un gran peso sobre sus
espaldas, y debió ser para ella una tensión horrible. ¡Me siento terriblemente
contenta de no haber tenido que hacerlo yo!”
No hay comentarios:
Publicar un comentario