La séptima función del llenguaje, L. Binet, p. 398-299
Simon se vuelve a sumergir en la
revista que ha comprado antes de venir y que ha empezado a leer en el metro. Le
picó la curiosidad un titular: «Referéndum: los 42 mejores intelectuales». La
revista ha pedido a quinientas personalidades «culturales» (Simon arruga el
gesto) que nombren, en su opinión, a los tres intelectuales franceses vivos más
importantes. El primero: Lévi-Strauss; el segundo: Sartre; el tercero:
Foucault. Luego vienen Lacan, Beauvoir, Yourcenar, Braudel...
Simon busca a Derrida en la lista,
pero olvida que ha muerto. (Supone que habría estado en ese pódium, pero eso
nunca se sabrá.)
BHL está el décimo.
Michaux, Beckett, Aragon, Cioran,
Ionesco, Duras ... Sollers, vigesimocuarto. Como también está publicado el
detalle de los votos y Sollers, además, forma parte de los votantes, Simon
constata que ha votado por Kristeva y que Kristeva ha votado por él. (Mismo
intercambio de cortesías con BHL.)
Simon pica una salchicha de
cóctel y grita a Bayard: «Por cierto, ¿has tenido noticias de Sollers?».
Bayard sale de la cocina con un
trapo en la mano: «Dejó el hospital. Kristeva estuvo a su lado durante toda la
convalecencia. Me han dicho que ha vuelto a llevar una vida normal. Según mis
informaciones, ha hecho enterrar sus testículos en una isla-cementerio de
Venecia. Dice que es un homenaje y que irá por allí dos veces al año hasta su muerte,
una vez por cada cojón».
Bayard titubea un poco antes de
añadir, suavemente, sin mirar a Simon: «Tiene pinta de que ya se ha recuperado del
todo,>.
Althusser, vigesimoquinto: el
asesinato de su mujer no parece haber hecho mella en su prestigio, se asombra Simon.
«Huele muy bien, venga, dime,
¿qué es?>> Bayard vuelve a la cocina: <
Deleuze, vigesimosexto, exaequo
con Claire Bretécher. Dumézil, Godard, Albert Cohen ...
Bourdieu solo trigesimosexto.
Simon ahoga una tos.
El colectivo de Libération
también ha votado por Derrida, aunque esté muerto.
Gastan Defferre y Edmonde
Charles-Roux han votado a Beauvoir.
Anne Sinclair ha votado a Aron,
Foucault y Jean Daniel. Simon piensa que se la follaría muy a gusto.
Algunos no han votado por nadie,
arguyendo que no quedaban más intelectuales de envergadura.
Michel Tournier ha respondido:
«Aparte de mí, no veo sinceramente a quién más podría citar”. En otros tiempos,
Simon se habría echado a reír. Gabriel Matzneffha escrito: El primer nombre de
mi lista es el mío: Matzneff. Simon se pregunta si ese tipo de narcisismo
regresivo –el deseo de nombrarse a uno mismo- está catalogado en la taxonomía
psicoanalítica.
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