Conversaciones con DF Wallace, p. 173
IDEAS: Entonces, aunque te hayas
resistido al lavado de cerebro, ¿eres un platónico? ¿Piensas que los conceptos
matemáticos existen?
WALLACE: Personalmente, sí, soy
platónico. Pienso que Dios tiene lenguajes particulares, y uno de ellos es la
música y otro las matemáticas. No se trata de algo que pueda defender.
Simplemente es algo que he sentido en la tripa desde que era un crío, aunque
cuestión diferente es cómo tratar de otorgarle sentido y encajarlo en algún
tipo de filosofía que funcione, mucho menos para cruzar la calle para comprar
una barra de pan.
IDEAS: ¿Fue difícil escribir
sobre lo abstracto, sin tramas ni personas?
WALLACE: ¿Sabes?, en un sentido
raro, sólo hay un problema básico en la escritura: cómo conseguir algo de
empatía con el lector. Y ese problema es como una joya con muchas facetas. Y
esta es una faceta un tanto diferente: cómo coger esta materia tan, tan
abstracta, reducirla para que quepa en un libro normal, y darle al lector lo
bastante de la historia real para no acabar mintiéndote, pero también dejarla
lo bastante clara para que no sea simplemente comprensible sino medio
placentera para alguien que lleve veinte años sin tocar las matemáticas. En
realidad no difiere mucho del hecho de cómo conseguir que un lector se meta en
la consciencia de un personaje que, digamos, no es un héroe ni un tipo
demasiado agradable, y sienta la humanidad y algo de los contornos
tridimensionales de esa persona sin tener que fingir que no se trata de un
monstruo.
En la imagen El Teorema de Gödel
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