Conversaciones con DF Wallace, p. 204
PAULSON: Tengo que preguntarte
por otro de tus relatos, «El canal del sufrimiento», que entre otras cosas
trata de un nuevo reality show de televisión que muestra episodios reales de
torturas y asesinatos y violaciones y cosas así. ¿Es esa una especie de visión
tuya de lo que podría suceder en algún futuro distópico?
WALLACE: No sé si es así, pero
supongo que, hasta donde entiendo la telerrealidad, ésta tiene una cierta
lógica, y no es difícil llevar ese tipo de lógica hasta su extremo. Supongo que
hacer la autopsia de un famoso con sus amigos de infancia sentados alrededor y
hablando de si este famoso era o no una buena persona mientras a él le extirpan
los órganos sería el colmo de esa lógica. No obstante la cuestión es, ¿hasta dónde
vamos a llegar? La inhibición de la vergüenza tanto por parte de los
concursantes como por parte de la gente que congrega el espectáculo ... en
algún momento han descubierto que incluso cuando los espectadores se muestran
desdeñosos o hablan del mal gusto de esas cosas, todavía siguen viéndolas, y que
tal hecho es lo lucrativo. Una vez perdida esa mínima vergüenza, sólo el tiempo
dirá lo lejos que podemos llegar.
PAULSON: Tus ensayos y tu ficción
son famosos por varios motivos -por sus notas a pie de página, por diferentes
digresiones sobre todo tipo de fragmentos extraños de información, fragmentos
científicos y filosóficos-: ¿te sientes simplemente arrastrado hacia este tipo
de cosas, o tan sólo tienes ganas de conocer el mundo?
WALLACE: No sé si es que en gran
medida todo ello me viene a la memoria en un intento de hacer algo que yo sea
capaz de sentir como auténtico. Y --en realidad no sé si le pasa a alguien
más-a menudo me siento bastante fragmentado, como si tuviera una sinfonía de
voces diferentes y voces en off y hechos anecdóticos hablando sin parar y
digresiones sobre digresiones sobre digresiones, y sé que a quienes no les
importa demasiado mi trabajo ven todo esto en gran parte como una especie de
gran vómito. Esa es al menos mi intención, lo difícil es parecer muy digresivo
y difractado y hacer como que te retuerces sobre ti mismo y que aun así haya
además un diseño y un significado, y para ello hacen falta un montón de
intentos, aunque probablemente acabe pareciendo como, ya sabes, un monólogo
maníaco y demente o algo parecido. No sé si estoy más interesado en las trivialidades
o en los hachos anecdóticos que cualquier otro, pero sí sé que de alguna forma
no paran de rebotar dentro de mi cabeza
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