Diccionario enciclopédico, J. Pérez Andújar
Bosé. A través de los hijos de
los matadores queda plasmada la evolución contemporánea del toreo, y por tanto
de España. Porque lo que dista de Miguel Basé a Paquirrín no es otra cosa más
que la Transición personificada de cabo a orejas y rabo. A través de Miguel
Besé, agua de la fuente, Linda, empiezan a manar los arroyos de la democracia.
Su flequillo contestatario de rico con problemas extramonetarios, su pañuelo
rojo en el bolsillo de atrás, donde otros llevan el peine, su sexualidad a lo Mick
Jagger de hombre que se pone en jarras, todo esto le dibuja como representante
juvenil en los pactos de la historia con la música. En esa época ha cultivado
Basé un figurín de gimnasia sueca, es decir, socialdemócrata, una silueta de
régimen de fibras con la que se va a reemplazar el régimen de Franco. Pero
Miguel Besé no surge de sí mismo, no aparece por accidente, y mucho menos va a
ser producto de la evolución, ya que el darwinismo está confinado todavía a un
encuentro de expertos enseñando los calcetines en La clave. Miguel Bosé no sale
de la nada del franquismo ni de la nada democrática. A Miguel Basé lo crea Dios
como todo lo que hay en España. De que es necesario aclararle esto al personal
no se darán cuenta ni la industria ni el cantante hasta su tercer disco,
Chicas! (1979). Los anteriores, Linda (1977) y Miguel Bosé (1978), son prehistoria,
transición salvaje, preconstitucional, sin gobierno ni amo que le ponga vallas
y leyes. Son canciones al amor y a la libertad, porque el cantante lírico y el
cantante juvenil también se creen en el compromiso de protestar, a la manera
del cantautor. Les falta cansancio para comprender el absurdo beckettiano de
que nunca hay nada que decir. Samuel Beckett Buster Keaton del cine mudo, el
silencio, la nada ... Pero, al igual que en la Biblia, antes de Miguel Basé no
era la nada sino el caos del amor Y la libertad. De eso trata ese tercer disco,
Chicas!, de que todos los españoles de hoy somos obra del Creador Supremo, ese
que estaba antes de que todo esto llegara, oculto, apartado, vigilando tras su
lucecita.