De El váter de Onetti, de Juan Tallón, p.167
Tres días después, comenzaba la
Feria del Libro de Madrid, y le pregunté a Marías si ese año acudiría a firmar ejemplares
de sus libros. Pensé en el tío de Patricio Pron. Hizo un gesto de
mortificación, es decir, iría porque, tal como estaba el mercado, había que “hacer
de todo menos escribir para vender libros”, pero acudiría “completamente desganado.
Aunque en general resulte grato, porque la gente que se acerca es amable, es
cansino. La gente no se conforma con una dedicatoria general. Todos quieren
algo especial. Eso si no vienen con un texto pensado para que tú te limites
simplemente a transcribirlo”. En este apartado de la feria, le habían sucedido
cosas de lo más pintorescas. “Creo que la más absurda fue la de una mujer que me
entregó Corazón tan blanco y quiso dictarme la dedicatoria: "A Manoli -me
dijo- y ponga que tiene el mejor cuerpo de Madrid". No se me ocurrió
semejante cosa, y busqué una variante para que no se molestase: A Manoli, que,
según dicen, tiene el mejor cuerpo de Madrid.
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