De La señora Dalloway de Virginia Woolf, p.117 (Lumen)
Teniendo en cuenta los sufrimientos,
Ia tortura y la extraordinaria pasión de aquellos tiempos, ¿cabia decir que
estuviera ahora enamorado de Daisy? Era una cosa totalmente diferente -mucho
mas agradable-, y la verdad consistía, desde luego, en que ahora ella estaba enamorada de el. Y esto quizá fuera la razón
por la que, en el momento en que el barco zarpó, Peter sintió un extraordinario
alivio, y deseó sobre todo quedarse solo; le irritó encontrar en la cabina los
testimonies de las pequeñas atenciones de Daisy, los cigarros, las notas, la
alfombra para el viaje. Si la gente fuera honrada, todos dirían lo mismo; después
de los cincuenta, uno no necesita a los demás; uno no tiene ganas de seguir
diciendo a las mujeres que son hermosas;
esto es lo que dirían casi todos los hombres de cincuenta años, pensó Peter
Walsh, si fueran sinceros.
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