Wittgenstein arquitecto, p.137
Definitivamente, y debido a su
temperamento inestable, Ludwig Wittgenstein se da cuenta de su incapacidad
profesional como maestro de escuela primaria, y decide trabajar como jardinero
en el convento de los Hermanos de la Caridad de Hütterldorf, acariciando la
idea de convertirse en fraile.
La posterior muerte de su madre,
así como alguna que otra conducta tiberiana, le llevará a una profunda crisis personal
y moral. En estas extrañas circunstancias, su hermana Margarethe
Stonborough-Wittgenstein le propone en I926 que se involucre, junto a su amigo
el arquitecto Paul Engelmann, en el proyecto de construirle una casa para su
felicidad eterna.
A partir del lenguaje formal que
Adolf Loos utilizó en su Casa Steiner (1910), Wittgenstein proyecta un
entramado de formas cúbicas entrelazadas carentes ornamentación y, como señala
Carlos Muñoz Gutiérrez, reduce la arquitectura a líneas rectas e imperturbables
que corren paralelas o perpendiculares entre sí. Animado por sus estudios de
ingeniero aeronáutico, también diseña los elementos mecánicos, como picaportes, cerraduras, rejillas de
ventilación, marcos de las puertas, interruptores, radiadores ... Diseña hasta
el aire, aunque para la iluminación se incline por la desnudez de las
bombillas. La belleza de esta casa está en su precisión y rigor matemático. Es
la representación exacta de nuestros límites. Es la encarnación de la lógica en
hormigón armado.
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