Fin, KO Knaugard, p. 569
Y así se hizo, en la sala 15 de
la Nacional Gallery cuelga el cuadro del puerto antiguo de Turner, aliado del
cuadro del puerto antiguo de Claude. Las similitudes entre los dos cuadros son
numerosas. Ambos motivos son clásicos y giran en torno a la figura de una mujer
-en el caso de Claude se trata de la reina de Saba-, los dos se desarrollan en
un puerto con edificios antiguos, bajo lo que domina los dos cuadros, el sol y
el cielo. Pero esta similitud hace que las diferencias sean más acusadas e
importantes. Lo más destacado es que el puerto de Claude se abre hacia el mar,
mientras que en el cuadro de Turner el mar no aparece en absoluto, en él el
puerto está como cerrado alrededor del río. Y mientras que en Claude la luz es
nítida y clara, en Turner es densa y algo borrosa, por lo que ambos cuadros emanan
algo muy distinto. En Turner es como si la vida estuviera encerrada, tiene algo
de estático, en el sentido de que se desplaza hacia arriba y hacia abajo, no
hay ninguna salida. Subraya el motivo, que por un lado es la muerte -Dido
enterrando a su marido- y por el otro la vida; ha llegado Eneas y con él el
amor, es decir, la fuerza vital y el futuro, que para Dido, la que se queda, la
llena de sentimientos, al final será la
muerte.
Lo cerrado es esencial para el
sentimiento vital o comprensión de la vida que el cuadro manifiesta o explora.
En ello interviene también el sol, refuerza lo estático en él, y de la misma
manera que da vida a todo, hace que todo se pudra. En el puerto de Claude,
retratado unas horas más tarde en el día, y en el que la brisa llega desde el
mar, todo está abierto y en movimiento de una manera muy distinta. El motivo es
la salida en barco de la reina de Saba, pero alrededor de ese tema ocurren
muchas otras cosas, barcos de remos que van y vienen, marineros que trepan por
las jarcias y se apoyan en las regalas, gente que pasea por el puerto, o
personas paradas de dos en dos, charlando, mirando el séquito real o a su hijo,
que va unos metros más adelante, todo con el mar abierto y soleado extendido
hacia el horizonte. Tanto los majestuosos y pseudoantiguos edificios como la
gente suntuosamente vestida y los numerosos barcos del puerto están claramente
separados. Eso influye en el acontecimiento principal, la salida de la reina no
es más que un suceso entre otros, importante donde ocurre y para los que en él
participan, localizado allí, pero no en ningún otro lugar, se vuelve más ligero
cuanto más se aleja uno, hasta que desaparece por completo si uno por ejemplo
mueve la perspectiva más dentro del mar o más dentro de la ciudad. El que algo
desaparezca en lo abierto, es decir, sólo exista localmente, es un fenómeno que
aparece a menudo en Claude.
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