De algunos animales. RS Ferlosio
El don de la palabra hizo que el
hombre se expatriara para siempre de la naturaleza; por eso la artificiosa y
fraudulenta invocaci6n de la naturaleza, de una «armonía natural”, para
fundamentar la economía, ha terminado por convertir al hombre en un producto de
la publicidad, que se le ofrece por teatro y por espejo en que fingirse,
exhibirse y contemplarse, haciendo de él un animal falsificado; una figura cabalmente
inversa, pero no menos ridícula o sangrantemente degradante, a la de un
chimpancé de circo en camiseta y con gorra de visera o la de un oso de zíngaro
bailando a son de pandereta o aun la del mismo aleccionado y malhablado loro de
la barbería.
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