Tus pasos en la escalera p. 125
Me he enterado de que los grandes
incendios ahora tienen nombres, como los huracanes. El incendio llamado
Mendocino Complex lleva ardiendo once días en California y ha quemado hasta
ahora ciento veinte mil hectáreas. En la televisión se ven en directo
carreteras iluminadas de noche por el fulgor de las llamas y ocupadas por
columnas de fugitivos que las atascan con sus coches enormes y sus furgonetas y
continúan huyendo a pie, cargando con maletas, bolsas, colchones, empujando
carritos de niños, como desplazados por la cercanía de una guerra. El viento
seco que viene del desierto alimenta el fuego acelerando su avance. Treinta y
ocho mil personas han tenido que ser evacuadas. El incendio Thomas duró un mes
entero el año pasado. El incendio Carr lleva asoladas sesenta y seis mil
hectáreas en unas semanas. El26 de julio hubo un tornado de fuego que provocó
un vendaval de doscientos sesenta kilómetros por hora y mató a siete personas
atrapadas en las llamas. El presidente Trump ha dicho en Twitter que la culpa
de la oleada de incendios en California son las leyes de protección del medio
ambiente. En la CNN los locutores repiten la palabra “megafires”. Un científico
dice, contra un fondo de llamaradas extendiéndose sobre las copas negras de un
bosque de coníferas, que este es el verano más caluroso registrado nunca. Los
otros tres más calurosos de la historia son los tres anteriores. Diecisiete de
los dieciocho años más cálidos desde que existen registros son posteriores a
200 l. 2017 fue el año récord de emisión de dióxido de carbono a la atmósfera. No
ha habido tanto dióxido de carbono en ella en los últimos ochocientos mil años.
Campesinos de camisas blancas y sombreros de paja se abren paso entre una
espesura de tallos secos de maíz. En El Salvador las cosechas se han arruinado
después de un mes entero con temperaturas máximas por encima de los cuarenta y
un grados. Incendios bien planificados queman regiones enteras de bosques
amazónicos. Los satélites artificiales detectaron cien mil focos distintos en
la Amazonia tan solo en septiembre del año pasado. Durante varios meses al año
los incendios provocados en las selvas de Indonesia para ganar tierra de
cultivo cubren una gran parte del Sudeste de Asia en una niebla tóxica. En esta
hora insomne el científico de la CNN enciende una cerilla y la mira arder como
si estudiara un insecto. Dice: «El fuego es una reacción química”
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