Qwertyuiop, Sánchez Ferlosio, p. 519
(Ésjaton) No necesito tenerlo
ante los ojos, lo estoy viendo: la gran figura iluminada, en el centro y en lo
alto, está semisentada, como al borde de un escabel con los muslos inclinados
hacia delante y el ancho torso desnudo combado y un poco vuelto hacia su
izquierda; hay una leve torsión del cuello, porque el rostro está más vuelto
que el torso y mirando para abajo hacia el rincón, oscuro, de ese mismo lado:
mira, pero sin dejar dudas de que es una última mirada, a punto de apartar la
vista para siempre; Ja mano derecha levantada y con los dedos abiertos en forma
de concha también apunta hacia abajo, hacia el rincón izquierdo, como un espejo
cóncavo; pero no proyecta luz, sino tiniebla: la mano del Salvador no está salvando:
está condenando.
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