Él esperaba que Estrella fuera
más grande. En el mapa figura como un punto del mismo tamaño que Novilla. Pero
mientras que Novilla es una ciudad de verdad, Estrella no es más que pueblo grande y disperso, ubicado en una
campiña de colinas, campos y huertos por la que traza sus meandros un río
perezoso.
¿Acaso será posible empezar una
vida nueva en Estrella? En Novilla él pudo acudir a la Oficina de Reubicación
para conseguir alojamiento. ¿Acaso Inés, d niño y él podrán encontrar una casa
aquí? La Oficina de Reubicación es caritativa, es la encarnación misma de una
modalidad impersonal de la caridad; pero ¿acaso esa caridad se extenderá a unos
fugitivos de la ley?
Juan, el autoestopista que se les
unió de camino a Estrella, le ha sugerido que busquen trabajo en una de las
granjas de la zona. Los granjeros siempre necesitan jornaleros, les dice. Las
granjas más grandes incluso tienen barracones dormitorio para los temporeros.
Si no es temporada de naranjas, será la de manzanas; si no es la de manzanas,
será la de la uva. Estrella y sus inmediaciones son un verdadero cuerno de la
abundancia. Si ellos quieren, él puede indicarles cómo llegar a una granja donde
una vez trabajaron unos amigos suyos.
Él cruza una mirada con Inés.
¿Deberían seguir el consejo de Juan? El dinero no es problema, él tiene
bastante en el bolsillo, podrían alojarse con facilidad en un hotel. Pero si realmente
les están yendo detrás las autoridades de Novilla, tal vez les convendría más
juntarse con la población anónima y de paso.
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