Entrevistas breves con hombres repulsivos, DFWallace
-Desde tu punto de vista sí que
es irónico, lo entiendo. Vale. Y entiendo que ahora me odies con todas tus
fuerzas. Y he pasado mucho tiempo intentando llegar a este momento en que estoy
preparado para enfrentarme al hecho de que me odies y a esa mirada que tienes
como si se hubieran confirmado todos tus miedos y sospechas, porque tendrías
que verla, ¿vale? Te juro que cualquiera que pudiera verte la cara ahora mismo
entendería por qué me voy.
P.
-Lo siento. No quiero echarte
toda la culpa. Lo siento . No es culpa tuya, ¿vale? O sea, tiene que ser cosa
mía si no puedes confiar en mí después de todas estas semanas ni soportar unas
cuantas idas y venidas normales sin estar pensando todo el tiempo que estoy
planeando marcharme. No sé qué es, pero tiene que ser cosa mía. Vale, ya sé que
lo nuestro no ha sido una maravilla, pero te juro que todo lo que dije lo dije
de verdad, y lo he intentado al ciento por ciento. Te lo juro por Dios. Lo
siento muchísimo. Daría lo que fuera por no hacerte daño. Te quiero. Te querré
siempre. Espero que me creas, pero renuncio a seguir intentando que me creas. Por
favor, créeme que lo he intentado. Y no creas que esto tiene que ver con ningún
defecto tuyo. No te hagas eso a ti misma. Es por nosotros, es por nosotros que
me voy, ¿de acuerdo? ¿No lo entiendes? ¿Entiendes que no es lo que tú siempre
estabas temiendo? ¿Lo entiendes? ¿Admites que tal vez podrías haberte equivocado,
solamente tal vez? ¿No podrías admitir a] menos eso? Porque esto tampoco es
precisamente agradable para mí, ¿sabes? Marcharme de esta manera y quedarme con
esa cara que estás poniendo como imagen final de ti. ¿Es que no ves que yo
también estoy hecho polvo? ¿No lo ves? ¿Que no eres la única?
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