El tesoro de Sierra Madre, B. Traven, p. 269
-No. amigo, sigues juzgándolos
mal –dijo Howard-. Esta raza ha vivido durante cuatrocientos años en
condiciones bajo las cuales no se puede confiar en nadie, ni construir una buena
casa, ni ahorrar un poco de dinero en el banco ni invertirlo en alguna buena
empresa. No puede espera de ellos compasión debido a la forma en que han sido
tratados por la Iglesia, por las autoridades españolas y por las propias. Si
les ofreces tu oro y tus armas. las tomarán y te prometerán la libertad pero no
te dejarán ir. Te torturarán y te matarán pata evitar que los denuncies. Ellos ignoran
el significado de la justicia. Nadie les ha enseñado a ser leales, ¿cómo
podrían serlo contigo? Jamás han cumplido con ellos lo que les prometieron; así
pues, ellos también prometen para no cumplir. Rezan un avemaria antes de
matarte y se persignan y te persignan después de haberte matado empleando para
ello la forma más cruel. Nosotros no seríamos diferentes a ellos si hubiéramos tenido
que vivir durante cuatrocientos años bajo toda clase de tiranías,
supersticiones, despotismos, corrupciones y religiones pervertidas.
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