De Nuevas semblanzas y generaciones de LA de Villena, p.242
A Javier Marías siempre le ha
preocupado su bastante extendida fama de antipático, algo que obviamente él no
se considera. Es cierto que, en la intimidad, Javier es una persona cordial y
hasta divertida, que valora mucho la risa (reir cómplicemente con alguien)
hasta el punto de haber elegido como lema para su Reino de Redonda la frase
latina Ride, si sapis. Si sabes, ríete. Pero es cierto (aunque es natural que
de eso él no se dé cuenta) que de entrada es serio e incluso algo envarado. Yo
en alguna cena mano a mano -en que al momento conversaríamos más que
cordialmente-lo he visto venir hacia la mesa y me he preguntado de repente:
¿qué le pasará? Parece disgustado. Y no había nada de nada. Quizá Javier Marías
tampoco es consciente (aunque sí me ha hablado del ambiente estrictamente intelectual
que reinaba en su casa de pequeño) de que ser hijo de Julián Marías y haber
vivido siempre en un clima de pensamiento y altura intelectual-aunque a menudo
seguro que quiso huir-le tiene que haber rodeado de modo natural de un halo de
trascendencia que la mayoría no ha vivido así. Incluso pudo ser excesivo y
hasta disgustar a ratos al muchachito interesado que era. No, Javier no es nada
antipático, pero quizá guarda un viejo recuerdo vivo de la trascendencia. De la
seriedad de la vida, en la que ciertamente no cree, pero su educación sí. Y de
otro lado (para las apariencias digo) el éxito ha hecho que Javier se retire un
poco, a mi entender excesivamente, pero es
una opción personal. Alguien que ha ido mucho al cine (es muy cinéfilo) y que
llamaba no pocas noches para ir al cine antes de tomar una copa, ahora hace
años que no pisa una sala. Tiene una excelente videoteca en casa. Pero no es el
cine, es la gente ... ¿Acaso lo mismo que quiere evitar?
Javier es soltero, curioso en
quien ha tenido no pocas novias (la mayoría guapas, delgadas, de aire
decididamente elegante) y en quien admira a las mujeres. Pero debemos entender
que no ha tenido suerte, y no por infidelidad, me parece.
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