Prólogo de JLBorges a Cuentos de Julio Cortázar (Hyspamérica)
Cuando Dante Gabriel Rosseti leyó la novela Cumbres borrascosas,
le escribió a un amigo: La acción transcurre en el infierno, pero los lugares, no sé por qué,
tienen nombres ingleses. Algo análogo
pasa con Ia obra de Cortázar. Los personajes de la fábula son desmesuradamente
triviales. Los rige una rutina de
casuales amores y de casuales discordias.
Se mueven entre cosas triviales, marcas de cigarrillo, vidrieras, mostradores,
whisky, farmacias, aeropuertos y andenes. Se resignan a los periódicas y a la
radio. La topografía corresponde a Buenos Aires o París y podemos creer al principio que se trata
de meras crónicas. Poco a poco sentimos que no es así. Muy sutilmente el
narrador nos ha atraído a su terrible mundo en que la dicha el imposible. Es un
mundo poroso, en el que se entretejen los seres, la conciencia de un hombre puede entrar en la
de un animal o la de un animal en un hombre. También se juega con la materia de la que estamos hechos, el tiempo.
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