De Lo que Maisie sabía, de HJames, p. 35
El gran momento iba a dejarle a
ella un vívido recuerdo, el de un extremo arrebato en el salón por parte de
Moddle, quien, como réplica a algo que acababa de decir su padre, exclamó a
gritos:
-Debería usted avergonzarse de sí
mismo por completo; debería ruborizarse, señor, de su proceder!
El carruaje, con su madre dentro,
esperaba a la puerta; un caballero que se hallaba en el salón, que siempre se hallaba en el salón,
se carcajeó con risotada.; 'u padre, que a ella la había tomado en brazos, le
dijo a Moddle:
-¡Mi querida mujer, vaya meterla
a usted en cintura dentro de un momentito¡ -Tras lo cual repitió, dejando ver
la dentadura ante Maisie más que nunca mientras abrazaba a ésta afectuosamente,
las palabras por las cuales lo había acusado la niñera. En aquel momento Maisie
no fue tan enteramente consciente de las mismas cuanto del portento que
constituía la súbita falta de respeto y el acalorado semblante de Moddle: mas
fue capaz de recordarlas al cabo de cinco minutos cuando, ya en el carruaje, su
madre - toda besos, cintas, ojos, brazos, sonidos extraños y perfumes
deliciosos le dijo:
- ¿Y no le envía tu infrahumano
papá, precioso ángel mío, algún mensaje a tu amorosa mamá?
Fue entonces cuando Maisie se
percató de que las palabras dichas por su infrahumano papá habían sido
recogidas, pese a todo, por sus infantiles y desconcertados oídos, de los
cuales, ame la solicitud de su madre, pasaron directamente, con su clara voz
aguda, a sus infantiles y candorosos labios:
-¡Me mandó decirte de su parte
-informó con fidelidad- que eres una puerca repugnante y asquerosa!
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