De Respiración artifical de Ricardo Piglia, p.26
Era siempre elusivo y si hubiera que buscar un
lugar donde pueda decirse que quiso anticipar lo que pasó, sólo podría
encontrar esta especie de frágil estampa. Estoy convencido de que nunca nos
sucede nada que no hayamos previsto, nada pata lo que no estemos preparados. Nos han tocado malos tiempos, como a todos
los hombres, y hay que aprender a vivir sin ilusiones. El amigo de un amigo tuvo
una vez un accidente: un tipo medio loco lo atacó con una navaja y lo tuvo
secuestrado en el baño de un bar casi tres horas. Quería que le dieran un auto
y pasaporte y que lo dejaran cruzar al Brasil, de lo contrario iba a tener que
matarlo (al amigo de mi amigo). El loco temblaba como un endemoniado y le puso
la navaja en la garganta y en un momento dado lo obligó a arrodillarse y a
rezar el padrenuestro. La cosa se iba poniendo cada vez peor, cuando de golpe
al loco se le pasó el revire y soltó el arma y empezó a pedirle disculpas a
codo el mundo. Un momento de nervios lo tiene cualquiera, decía. El amigo de mi
amigo salió del baño caminando como dormido y se apoyó en una pared y dijo: Por
fin me ha sucedido algo. Por fin me ha sucedido algo, ¿no es sensacional?, me
escribía Maggi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario