Dicho lo cual, había algunas cosas para las que no podíamos apañar aún una explicación solvente ni para las que parecía haber solución aparente. Un tropezón, una nube extraña, la cantidad de serpientes que veíamos en un día; pero todas y cada una de estas vivencias parecían formar parte de un todo e inferíamos que tenían un sentido cuyo arcano significado llegaríamos a comprender algún día, en un futuro no muy lejano, si prestábamos la debida atención. Nada carecía de sentido: todo estaba conectado. Sería empresa fácil despreciar todo lo que refería arriba como una chaladura de gente flipada, un acceso de histeria colectiva o una enternecedora locura jipi. En lo que a mí concierne, sigo estando convencido de que andábamos inmersos en una movida muy necesaria.
Tal vez, el simple hecho de estar abierto a la idea de que todo está conectado y relacionado, nos permitía observar cuanto sucedía a nuestro alrededor con más claridad. Ahora, en mi vida actual, siento escalofríos cada vez que descubro ese tipo de relaciones íntimas entre todas las cosas. Y, de pronto, caí en la cuenta de que necesitaba más. Algo estaba ocurriendo, pero no sabía lo que era, ¿no es cierto, Mr Jones?22
22. Es una referencia a la canción de Bob Dylan, «Rallad of a Thin Man» (1965), en la que se dice: «Algo está ocurriendo aquí, pero no sabes qué es, ¿no, Mr Janes?» («Something is happening here/ But you don't know what it is/ Do you, Mr. Janes?»). (N. del T.)
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