Expreso al Paraíso, Mark Vonnegut, p. 366
Hay un problema más grave con la
mayoría de las teorías y las terapias psicológicas, y es que, habitualmente, implican
que hay que culpar a alguien. Según sus modelos, tus padres o tus amigos o tú
misma o algún otro ha metido la pata. El hecho cierto es que no hay culpables.
Tú no has hecho nada horriblemente malo y tampoco lo han hecho ni tus padres ni
nadie. Todo el mundo va dando tumbos por la vida y todo el mundo comete
errores. Pero los errores no son la razón de que tú tengas problemas mentales. Anita,
yo estaría a favor de hacer que alguien se sintiera fatal y culpable, incluso
equivocadamente, si hubiera la más mínima prueba de que eso ayudaría a los
esquizofrénicos, pero no es así. Lo más frecuente es que la esquizofrenia simplemente
aterroriza y enloquece a aquellos que más desean ayudarte.
Si la psicoterapia no te ayuda,
tienes más posibilidades de entrar a formar parte de los pacientes «resistentes
a la terapia». Como si las cosas no fueran ya lo suficientemente duras, ahora se
te acusará de estar fomentándolas consciente o inconscientemente.
Si, por otra parte, te recuperas
con la psicoterapia,
puedes acabar creyendo que la
sinceridad y otras formas de virtud estaban en la raíz de tu problema, y que si
tú y los que te rodean no son siempre sabios y puros, volverás a volverte
majara otra vez. La verdad y la belleza son cosas maravillosas, pero quiero
asegurarte que, una vez recuperado, un esquizofrénico puede mentir, engañar y
ser tanto o más perverso con consecuencias no más graves que las que afrontaría
cualquier otra persona.
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