PRELUDIO
MUERTE EN VENECIA
Traulich und treu Fiado
y fiel
ist's nur in der Tiefe: solo
se es en lo hondo:
falsch und feig ¡falsa
y alevosa
ist was dort aben sich freut! es la
algazara allí arriba!
Al final de Das Rheingold (El oro
del Rin), la primera parte del ciclo operístico Der Ring des Nibelungen (El
anillo del nibelungo) de Richard Wagner, los dioses están entrando en el
palacio recién construido del Valhalla y las hijas del Rin están cantando
consternadas. Las ninfas del río saben que el Valhalla se ha erigido sobre unos
cimientos podridos, pues se ha pagado a sus obreros con el oro extraído de las
profundidades del agua.
La tarde del 12 de febrero de
1883, tres décadas después de que Das Rheingold fuera concluido y siete años
después de que el Anillo se interpretara completo por vez primera, Wagner tocó
al piano el lamento de las hijas del Rin. Cuando fue a acostarse, comentó: «Tengo
cariño a estos seres subordinados de las profundidades, a estas criaturas
anhelantes».
Wagner tenía sesenta y nueve años
y una salud maltrecha. Desde septiembre de 1882 había estado viviendo con su
familia en un ala lateral del Palazzo Vendramin Calergi, junto al Gran Canal de
Venecia. Aislado en lo que él llamaba su «gruta azul» -una estancia decorada
con telas de raso multicolores y encajes blancos-, estaba escribiendo un
artículo titulado « Über das Weibliche im Menschlichen» ( «Sobre lo femenino en
lo humano»).