Conversaciones íntimas con Truman Capote, p. 160
¿Qué opinión tenia usted de
Chaplin?
Yo adoraba a Charlie, era un
hombre maravilloso.
Marlon Brando dijo que era sádico
y cruel, la clase de persona que se
lanzaba a los pies o al cuello de uno.
Bueno, aquella película [La
condesa de Hong Kong] era un desastre y Charlie estaba muy insatisfecho: sabia
que no estaba haciendo un buen trabajo y que ya había pasado su época. Y o no
habría trabajado con él, eso seguro.
Al parecer, Brando tampoco quería.
Pues que no hubiera aceptado el
papel. Leyó el guión. Debió ver que era muy malo.
¿Conoció también a James Dean?
Sí, le conocí. No me parecía gran
cosa. Lo conocí cuando él estaba en Nueva York, era buen amigo de varios amigos
míos. E hizo una obra de Gide. Me parece que no estaba muy bien en la obra, por
no decir otra cosa.
¿Y en sus películas?
Nunca me pareció gran cosa como
actor. No creo que tuviese cualidades en absoluto.
Brando sí lo creía.
Bueno, Brando me contó que Jimmy
Dean le llamaba por teléfono a todas horas y él le oia mientras hablaba con el
contestador automático; y no le respondia, ¿sabe?, no le dirigía la palabra.
Esa es una de las cosas más desagradables de Marlon. (Risas.)
Brando me dijo que trató de que
Dean fuese al psiquiatra.
Es que Marlon empezaba a tener
miedo, eso es todo. (Risas.)
¿Hubiera debida tenerle más miedo
a Dean o a Montgomery Clift?
¡Pues mire, Marlon comprendió que
Monty tenia verdadero talento! Monty era una auténtica amenaza para Marlon. Me
parece que, si hubiese vivido, Monty habria superado a Marlon. Cuando se proyectó El último tango en Paris,
algunos críticos la consideraron la película más erótica y liberadora que se
hubiera hecho jamás. Uno de ellos se aventuró a decir que había cambiado la
fisonomía del séptimo arte. ¿Qué piensa usted?
Creo que es una película
malísima.
¿Y la interpretación de Brando?
Teniendo en cuenta que no tenia
nada con que trabajar, hizo un papel muy notable. Creo que en la escena donde
pronuncia el soliloquio ante la mujer muerta, con esa literatura tan
completamente absurda que permea toda la película, hizo un trabajo in· creíble
porque verdaderamente le hacía creer a uno en el personaje, en su relación con
la mujer muerta y en esa tristeza tan especial. Hizo un trabajo verdaderamente
extraordinario partiendo de nada en absoluto.
Cuando pregunté a Brando de qué
trataba la película, me dijo que era sobre el psicoanálisis de Bertolucci, y
luego añadió que en realidad no tenía ni idea.
Mm ... hmmm. Yo tampoco tengo ni
idea de qué trata la película.
Pero ¿considera que abrió nuevos
horizontes en el cine para el tratamiento de la sexualidad?
Desde luego era increíblemente
vulgar. Para mí, aquel diálogo resultaba bastante ofensivo.
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