Errata, George Steiner, p. 134
El segundo argumento, que se
refiere a la miseria del común de las gentes a lo largo de estos milenios, nos
dirige hacia los avances tecnológicos y científicos del siglo XX. El noventa por
ciento de los científicos que ha dado la historia están hoy vivos. El período
que comienza más o menos con Darwin, Rutherford y Einstein ha presenciado un
florecimiento exponencial de las ciencias puras y aplicadas. Nuestro
conocimiento del cosmos, de la evolución, de la neurofisiología de la especie
humana se ha multiplicado por cien. Desde Arquímedes hasta Galileo, pero
también hasta Newton y Gauss, gran parte de los conocimientos que hoy debe
dominar un estudiante eran absolutamente inaccesibles. Éste es el siglo de
Dirac. La biogenética, la biología molecular surgida tras el descubrimiento del
ADN, son conceptos básicos que revolucionan las capacidades humanas. La imagen
del ser humano está cambiando. Los horizontes parecen alejarse ante nuestros
ojos hacia una luz crecientemente compleja y desafiante.
Los cambios individuales y
sociales estimulados por la ciencia y sus aplicaciones prácticas son hoy mucho
mayores de lo que lo fueron en toda la historia precedente. En aspectos decisivos
de la salud, de la información y de la comunicación, los hombres y las mujeres
de mediados del siglo XVIII estaban mucho más cerca de la vieja Atenas de lo
que nosotros lo estamos de ellos. Los logros de la medicina han transformado la
historia del dolor. Como C. S. Lewis recordaba a sus alumnos: «Cerrad un
momento los ojos e imaginad la vida antes del cloroformo». La atención
sanitaria ha alterado el tiempo con respecto a la muerte prematura y la
esperanza de vida. La «ingeniería genética » puede redibujar en breve el
proyecto humano. Nuestro tiempo y nuestro espacio diario ya no son los de Kant
o Edison. La instantaneidad de las comunicaciones, el imparable acelerando del
viaje global tocan, tocarán hasta la última fibra de la conciencia y las costumbres
humanas. La comunicación se ha convertido en nuestra cuarta dimensión. Y aunque
el sistema económico está sometido en apariencia a crisis cíclicas, y aunque todavía
persisten inmensas bolsas de pobreza, hambre y enfermedad en las regiones
subdesarrolladas, lo cierto es que la calidad de la existencia humana ha
mejorado notablemente. Recursos, comodidades y oportunidades sin precedentes
son hoy posibles o pueden serlo en el futuro. La escalera de la vida asciende
sin parar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario