Es una experiencia que todos
hemos tenido. Estás entre un grupo de amigos o conocidos cuando de repente
alguien dice algo que te choca: un comentario aparte o una observación frívola
y de mal gusto. Pero lo más inquietante no es el comentario en sí, sino el
hecho de que nadie parece sorprenderse lo más mínimo. Miras en vano a tu
alrededor, buscando aunque sea una pizca de preocupación o muestras de
bochorno.
Yo experimenté uno de esos
momentos en la cena de un amigo, en una zona burguesa al este de Londres, una
noche de invierno. Estaban cortando cuidadosamente la tarta de queso y la
conversación había derivado hacia el tema de moda, la crisis del crédito. De
pronto, uno de los anfitriones intentó animar la velada con un chiste
desenfadado. Qué lástima que cierre Woolworth's. ¡Dónde van a comprar todos los
chavs 1 sus regalos navideños?
Ahora bien, él nunca se
consideraría un intolerante, ni ningún otro de los presentes, porque, al fin y
al cabo, todos eran profesionales cultos y de mente abierta
1 Término peyorativo para
referirse a la subcultura de la clase trabajadora inglesa (sobre todo a los
jóvenes, aunque no solo). Según este estereotipo, llevan ropa deportiva de
marca, bisutería llamativa, viven de las prestaciones y en viviendas sociales.
Como las palabras españolas «Chaval» y «chavó», es de origen gitano, y en
último término proviene del término sánscrito yayan, «joven». El traductor
agradece a Rodrigo Navia-Osorio sus generosas y útiles aclaraciones sobre
algunos pasajes de este libro
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