¿Porqué escribir? Philp Roth, p. 470
Estoy de acuerdo en que ha sido
una buena época para la novela en Estados Unidos, pero no sé decir por qué. Tal
vez la explicación sea la ausencia de ciertas cosas. La indiferencia, sino el desprecio,
del novelista estadounidense por la teoría “crítica”. Una escritura no
contaminada por la propaganda política ... o incluso por la responsabilidad
política. La ausencia de una «escuela” de escritura. En un lugar tan enorme no
hay un solo centro geográfico en el que se origine la escritura. Ninguna población
homogénea, ninguna unidad nacional básica, ningún carácter nacional único, una
calma social totalmente desconocida, incluso la torpeza generalizada a
propósito de la literatura, la incapacidad de la mayoría de los ciudadanos para
leerla siquiera con un mínimo de comprensión, confieren cierta libertad.
Resulta embriagador que en realidad los escritores les traigan sin cuidado a
nueve décimas partes de la población.
Hay muy poca sinceridad,
antagonismo por todas partes, en gran parte calculado para desagradar, enormes
hipocresías, pasiones feroces e incontenidas, crueldad vulgar que se puede ver solo
con apretar el mando a distancia, armas explosivas en manos de tipos que dan
escalofríos, la lúgubre tabulación de hechos violentos indescriptibles, el
incesante pillaje de la biosfera para obtener beneficios, una vigilancia
excesiva que no va sino a ir a peor, grandes concentraciones de riqueza
dedicadas a financiar a malvados antidemócratas, analfabetos científicos que
siguen celebrando el juicio Scopes ochenta y nueve años después, desigualdades económicas tan grandes como el
Ritz, un endeudamiento masivo, familias que no saben hasta qué punto pueden empeorar
las cosas, el dinero que se saca de todo -ese frenesí- y (algo nada nuevo) un
gobierno antipopular que no está basado en la democracia representativa sino en
los grandes intereses financieros, la vieja plutocracia estadounidense peor que
nunca.
Hay trescientos millones de
personas en un continente de cuatro mil ochocientos kilómetros de anchura que
se las arreglan como pueden con sus problemas inagotables. Estamos presenciando
una nueva y benéfica mezcla de razas a una escala desconocida desde la
perversión de la esclavitud. Podríamos seguir y seguir. Es difícil no sentirse
cerca de la existencia aquí. Este no es un rincón tranquilo del mundo.
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