Ordesa, Manuel Vilas, p. 127
No me importa exhibir la vida de mi padre. Aunque en España
nadie quiere exhibir nada. Nos vendría muy bien escribir sobre nuestras
familias, sin ficción alguna, sin novelas. Solo contando lo que pasó, o lo que
creemos que pasó. La gente oculta la vida de sus progenitores. Cuando yo
conozco a una persona, siempre le pregunto por sus padres, es decir, por la
voluntad que trajo a esa persona al mundo.
Me gusta mucho que los amigos me cuenten la vida de sus
padres. De repente, soy todo oídos. Puedo verlos. Puedo ver a esos padres,
luchando por sus hijos.
Esa lucha es la cosa más hermosa del mundo. Dios, qué
hermosa es.
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