Del Informe sobre ciegos de Ernesto Sábato
Como en otras ocasiones, la
nerviosidad me produjo un urgente deseo de ir al baño. Entré en la Antigua
Perla del Once y me dirigí al excusado. Es curioso que en este país el único
lugar donde se habla de Damas y Caballeros sea el lugar donde invariablemente
dejan de serlo. A veces pienso que es una de las tantas formas del irónico descreimiento
argentmo. Mientras me acomodaba en el infecto cuartucho, confirmando mi vieja
teoría de que el cuarto de baño es el único sitio filosófico que va quedando
c:n estado puro, empecé a descifrar las enmarañadas inscripciones. Sobre d
inevitable y básico VJVA PERÓN alguien había tachado violentamente la palabra VIVA
y la había reemplazado por MUERA, palabra que a su turno había sido tachada y
reemplazada por un nuevo VIVA, nieto del
primigenio, y así alternativamente, en forma de: pagoda, o más bien de un temblequeante edificio en construcción. A
izquierda y derecha, arriba y abajo, con flechas indicadoras y signos de
admiración o dibujos alusivos, aquella expresión original aparecía exornada,
enriquecida y comentada (como por una raza de violentos y pornográficos exégetas) con comentarios diversos sobre la
madre de Perón, .sobre las características sociales y anatómicas de Eva Duarte;
sobre lo que haría el comentarista desconocido y defecante si tuviera la dicha de encontrarse con ella en
una cama, en el sillón o hasta en el propio baño de la Antigua Perla del Once.
Frases y expresiones de deseos que a su vez eran tachados parcial o totalmente,
obliterados, tergiversados o
enriquecidos por la inclusión de un adverbio perverso o celebratorio,
incrementados o atenuados por la intervención de un adjetivo; con lápices y
tizas de diversos colores; con dibujos ilustrativos que parecían haber sido
ejecutados por un profesor Testut borracho y baboso. Y en diferentes lugares
libres, abajo o al costado, a veces (como en el caso de los avisos importantes de
los diarios) con marcos orlados, con diversos tipos de letra (ansioso o
lánguido, esperanzado o cínico, empecinado o frívolo, caligráfico o grotesco),
pedidos y ofrecimientos de teléfonos para hombres que tuvieran tales y cuales
atributos, que estuvieran dispuestos a realizar tales o cuales combinaciones o
hazañas, artificios o fantasías, atrocidades masoquistas o sádicas.
Ofrecimientos y pedidos que a su vez eran modificados por comentarios irónicos
o insultantes, agresivos o humorísticos de terceras personas que por algún
motivo no estaban dispuestas a intervenir en la combinación precisa, pero que,
en algún sentido {y sus comentarios así lo probaban) también deseaban
participar, y participaban, de aquella magia lasciva y alucinante. Y m medio de
aquel caos, con flechas indicadoras, la respuesta anhelante y esperanzada de
alguien que indicaba cómo y cuándo esperaría al Príncipe Cacográfico y Anal, a
veces con una acotación tierna y al parecer inadecuada para aquel noticioso de
acusado: ESTARE CON UNA FLOR EN LA MANO,
"El reverso del mundo",
pensé.
Como en las página~ policiales,
ahí parecía revelarse la verdad última de la raza. ·
"El amor y los
excrementos", pensé.
Y mientras me abrochaba, también
pensé: Damas y Caballeros
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